En Estados Unidos, un músico de Carolina del Norte, Michael Smith, ha sido acusado de usar inteligencia artificial y cuentas de bots para obtener fraudulentamente más de diez millones de dólares en ingresos de plataformas de streaming. Este es el primer caso de un músico acusado por este tipo de conducta, lo que revela el lado oscuro del uso de la IA en la industria musical.

Smith está acusado de colaborar con un cómplice para comprar cientos de miles de canciones generadas por IA y generar miles de millones de reproducciones falsas en plataformas como Spotify, Apple Music y YouTube Music a través de hasta mil cuentas de bots. Su método era tan encubierto que estos ingresos fraudulentos de streaming terminaron desplazando los ingresos legítimos de artistas reales.

Música y ejecución

Nota de la imagen: Imagen generada por IA, proveída por Midjourney

Para ocultar sus acciones, Smith registró estas cuentas de bots con nombres falsos y distribuyó el tráfico a una gran cantidad de canciones generadas por IA, con títulos y nombres de artistas generados aleatoriamente. Según la acusación, las plataformas de streaming y las organizaciones de derechos de autor prohíben explícitamente cualquier tipo de tráfico falso, pero Smith y su cómplice negaron repetidamente cualquier relación con la manipulación del tráfico, a pesar de ser plenamente conscientes de su actividad fraudulenta.

La fiscalía ha presentado múltiples cargos contra Smith, incluyendo fraude electrónico, conspiración para cometer fraude electrónico y conspiración para el lavado de dinero. Si es declarado culpable, podría enfrentar no solo prisión, sino también la pérdida de todo el dinero y las propiedades obtenidas a través de estos crímenes.

Aunque el caso de Smith no está directamente relacionado con los nuevos generadores de música con IA (como Udio o Suno), sin duda proporciona más argumentos a los críticos que afirman que la proliferación de la música generada por IA está erosionando los ya escasos ingresos de los artistas por streaming.

Recientemente, más de 200 músicos, incluyendo a Billie Eilish y Katy Perry, enviaron una carta abierta a las empresas de IA instándolas a detener el uso de tecnologías que infringen los derechos de los artistas. Muchos músicos profesionales se preocupan por su supervivencia, temiendo que sus obras se utilicen para entrenar modelos de IA, generando así una gran cantidad de música que diluye aún más sus ingresos por derechos de autor.