El nuevo modelo o1 de OpenAI ha generado gran revuelo en el campo de la IA. Este modelo, apodado internamente como "fresa", ofrece a los usuarios de ChatGPT una nueva oportunidad para experimentar el proceso de "pensamiento" de la IA. Sin embargo, ¿vale realmente la pena probar este esperado modelo? La respuesta parece ser: un poco de ambos.
El modelo o1 muestra avances significativos en ciertos aspectos. Su rendimiento en razonamiento y resolución de problemas complejos es impresionante, especialmente su capacidad de "razonamiento en múltiples pasos". Esta capacidad permite al modelo "pensar" antes de responder, descomponiendo problemas grandes en pasos pequeños e intentando identificar la corrección de cada paso. Aunque este método no es un concepto nuevo, la implementación de o1 lo convierte en una tecnología viable.
Sin embargo, el modelo o1 también presenta algunas deficiencias notables. En comparación con GPT-4o, o1 es inferior en el uso de herramientas, capacidades multimodales y velocidad de procesamiento. Más importante aún, el costo de uso de o1 es aproximadamente cuatro veces mayor que el de GPT-4o, lo que sin duda afectará su aplicación generalizada. OpenAI incluso admite que, para la mayoría de las tareas diarias, GPT-4o sigue siendo la mejor opción.
El modelo o1 ha demostrado su valor único en aplicaciones prácticas. Por ejemplo, al ayudar a planificar una cena de Acción de Gracias, una tarea compleja, o1 puede proporcionar sugerencias detalladas y cuidadosas, considerando múltiples factores como la gestión del horno y el control de costos. Sin embargo, al abordar problemas simples, o1 parece "sobrepensar", dando respuestas largas e innecesarias.
Las opiniones de los expertos de la industria sobre el modelo o1 son variadas. Ravid Shwartz Ziv, profesor de investigación de modelos de IA de la Universidad de Nueva York, opina que, aunque o1 es impresionante, la mejora general no es significativa. Rohan Pandey, ingeniero de investigación de ReWorkd, afirma que la capacidad de razonamiento de o1, aunque potente, no representa un avance revolucionario.
La estrategia de precios de o1 también ha generado debate. Además de los costos habituales de entrada y salida, los usuarios deben pagar "tokens de razonamiento" adicionales por el "proceso de pensamiento" del modelo. Este modelo de precios destaca la necesidad de usar o1 con precaución para evitar costos excesivos en problemas simples.
A pesar de estas limitaciones, el modelo o1 demuestra el potencial de la IA en el razonamiento complejo. Podría convertirse en una herramienta poderosa para ayudar a los usuarios a examinar decisiones importantes, especialmente en escenarios que requieren un análisis profundo y una consideración multifacética. Sin embargo, si o1 vale su alto precio sigue siendo una cuestión discutible.
Sam Altman, CEO de OpenAI, también ha moderado las expectativas excesivas, enfatizando que o1 no es una inteligencia artificial general y que todavía presenta numerosos defectos y limitaciones. Esta actitud franca también refleja la comprensión racional del progreso tecnológico en la industria de la IA.