En la Universidad de Pensilvania, el profesor de matemáticas Robert Ghrist está involucrado en una interesante "batalla intelectual" con un modelo de IA llamado GPT-o1-mini. El profesor, mientras intentaba derivar una generalización más compleja del teorema de dualidad de cuello de botella, experimentó numerosas alternancias entre el optimismo y la frustración.
Ghrist había intentado usar varios modelos de IA conocidos, incluyendo GPT-4, Claude-3.5 y Gemini-1.5-Pro. Si bien estos modelos podían formular algunas hipótesis y proporcionar evidencia, a menudo "tropezaban" debido a errores sutiles, lo que frustraba a Ghrist. Finalmente, logró un avance con el modelo GPT-o1-mini de OpenAI. Este modelo no solo analizó una prueba defectuosa y encontró el error, sino que también generó una "prueba correcta, nueva e ingeniosa" en solo 43 segundos, incluso más elegante que la versión humana.
Nota de la fuente: La imagen fue generada por IA, el servicio de autorización de imágenes es Midjourney.
GPT-o1-mini demostró un excelente rendimiento en tareas lógicas, utilizando la técnica de pensamiento en cadena. Aunque superó a los modelos de lenguaje tradicionales en pruebas de referencia de lógica y planificación, la posibilidad de errores persiste. Ghrist resume su experiencia como: "El resultado se encuentra justo en el límite de lo que los modelos de lenguaje grandes (LLM) pueden demostrar". Explica que identificar los patrones de fallo del modelo fue clave en este experimento.
A pesar del éxito, Ghrist admite que usar la IA no fue necesariamente más rápido que hacerlo por sí solo. Incluso afirma que, con la ayuda de estos modelos, el resultado final del artículo fue mejor. Su artículo incluye un apéndice que detalla la contribución del modelo de IA al resultado.
Sin embargo, las cosas no siempre fueron fáciles. Poco después de la publicación del artículo, otro matemático, Sridhar Ramesh, señaló en las redes sociales que la prueba se podía realizar fácilmente usando un teorema de Birkhoff, lo que sorprendió a Ghrist. Con humor, admitió: "¡Los humanos ganaron…". Esta colaboración con la IA, aunque fructífera, le hizo darse cuenta de que, a veces, la inteligencia humana es la solución más eficaz.