Recientemente, el reconocido medio The New York Times envió una carta de cese y desistimiento a Perplexity, una empresa emergente de IA, exigiéndole que deje de utilizar su contenido.

Esta noticia, inicialmente reportada por The Wall Street Journal, ha generado un amplio interés. En realidad, no es la primera vez que The New York Times entra en conflicto con empresas de IA por el uso de su contenido.

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El año pasado, el periódico demandó a OpenAI, acusándola de utilizar ilegalmente una gran cantidad de artículos para entrenar su modelo de IA. Aunque OpenAI insistió en que su uso del contenido se ajustaba al principio del “uso legítimo”, para evitar disputas legales, OpenAI comenzó a firmar acuerdos de colaboración con varios grandes medios de comunicación, intentando obtener contenido de manera legal.

El servicio de IA de Perplexity difiere del popular chatbot ChatGPT. Perplexity es, en esencia, un “motor de respuestas”, su función se asemeja más a la de un buscador tradicional, utilizando la tecnología de IA para proporcionar a los usuarios respuestas rápidas y precisas. Si bien este servicio facilita la vida a los usuarios, también ha generado preocupación entre los creadores de contenido, quienes se preocupan por el posible uso no autorizado de sus obras.

En la era digital actual, los derechos de autor son especialmente importantes. Con el rápido desarrollo de la tecnología de IA, la protección de los derechos de los creadores y el uso legal del contenido se han convertido en un problema urgente que requiere solución. Es previsible que en el futuro más medios de comunicación y empresas tecnológicas se enfrenten en este ámbito, y encontrar un punto de equilibrio será algo que todas las partes implicadas deberán considerar seriamente.

Puntos clave:

🌐 The New York Times envía una orden de cese y desistimiento a la empresa de IA Perplexity, exigiendo que deje de usar su contenido.

⚖️ Anteriormente, el periódico demandó a OpenAI por el uso no autorizado de numerosos artículos.

🔍 El servicio de “motor de respuestas” de Perplexity ha generado un nuevo debate sobre los derechos de autor.