En la era del rápido avance tecnológico, la inteligencia artificial (IA) se está infiltrando en todos los aspectos de nuestras vidas a una velocidad sin precedentes. Sin embargo, la aplicación de esta nueva tecnología en el ámbito educativo ha generado una controversia, y un caso ocurrido en Hingham, Massachusetts, es un ejemplo paradigmático.
El protagonista de este incidente es un estudiante de último año de la escuela secundaria de Hingham. Según su madre, Jennifer Harris, su hijo y un compañero utilizaron la IA para recopilar información y elaborar un esquema para un proyecto en grupo. Aunque no permitieron que la IA escribiera el ensayo directamente, la escuela les impuso un castigo severo. El estudiante no solo fue suspendido, sino que también fue excluido de la Sociedad Nacional de Honor, y lo que es más grave, se le exige que revele este incidente en sus solicitudes universitarias.
La Sra. Harris destaca que su hijo es un estudiante sobresaliente, con todas las asignaturas en nivel de honor y AP, incluso obtuvo una puntuación perfecta en el examen ACT. Sin embargo, que un estudiante tan brillante reciba un castigo tan severo por usar IA, lleva a cuestionar la razonabilidad de la decisión de la escuela.
Lo que resulta aún más injusto es que, según Harris, en el momento del incidente, la escuela no tenía una política clara sobre el uso de la IA. Su hijo fue castigado después de ser interrogado dos veces por los administradores de la escuela. El abogado de Harris, Peter Farrell, declaró: "Si realmente la hubieran tenido (la política), no estaríamos aquí".
Este caso ha desencadenado un amplio debate en el ámbito educativo sobre las políticas de IA. Bree Dusseault, de la Universidad Estatal de Arizona, revela que aproximadamente la mitad de los estados de EE. UU. ya han publicado directrices sobre el uso de la IA en la educación. Sin embargo, las diferencias en las políticas entre los estados generan confusión entre estudiantes y profesores. Dusseault describe la situación como "un verdadero desastre", "depende totalmente del estado y el distrito escolar en el que te encuentres, si van a emitir alguna guía".
La familia Harris espera que esta demanda ayude a otros estudiantes a evitar ser castigados por la falta de claridad en las políticas. Piden que las escuelas proporcionen directrices más claras sobre el uso de la IA, y comparan este desafío con el que enfrentaron las escuelas cuando se conectaron a Internet por primera vez. Harris enfatiza: "La IA es una herramienta, debemos averiguar qué se puede hacer y qué no".
Tras este incidente, las escuelas públicas de Hingham han publicado nuevas directrices sobre el uso de la IA. Aunque la escuela se niega a comentar sobre la demanda en curso, comparecerán en el tribunal la semana que viene. Simultáneamente, la Asociación Nacional de Educación ha compartido la política de IA aprobada en su convención anual, ofreciendo una referencia para las escuelas y educadores.