En el mundo de la tecnología, la remuneración suele ser un tema candente, y las últimas revelaciones financieras de OpenAI han vuelto a atraer la atención. Los detalles salariales de esta destacada empresa de inteligencia artificial muestran una estrategia salarial inusual para una empresa tecnológica gigante.

La remuneración de Sam Altman sigue su estilo discreto habitual. En 2023, el CEO de OpenAI solo recibió 76.001 dólares, un ligero aumento respecto a los 73.546 dólares de 2022. Cabe destacar que, a pesar de tener un patrimonio superior a los 2.000 millones de dólares, Altman insiste en recibir únicamente el "salario mínimo para adquirir un seguro médico".

En la declaración de impuestos de la organización sin ánimo de lucro presentada por OpenAI, se han revelado más detalles sobre la remuneración de los altos cargos. El cofundador y antiguo científico jefe de la empresa, Ilya Sutskever, es quien más ha ganado, con 322.201 dólares en 2023. Emmett Shear, que ocupó el cargo de CEO interino durante el breve despido de Altman, solo recibió 3.720 dólares, aproximadamente 338,18 dólares al día.

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Este informe financiero abarca un año muy inusual para OpenAI. Desde el auge mundial de la inteligencia artificial provocado por ChatGPT hasta el dramático despido y posterior regreso de Altman a la dirección de la empresa, la compañía ha experimentado una agitación sin precedentes.

Los documentos financieros también revelan que OpenAI recibió 5 millones de dólares en donaciones públicas en 2023 y que a finales de año tenía un patrimonio neto superior a los 21 millones de dólares. Esta cifra es insignificante en comparación con la inversión de 6.600 millones de dólares que la empresa recaudó en octubre.

Además de su actividad principal, OpenAI está ampliando su ámbito de inversión benéfica. La empresa ha proporcionado financiación a la Universidad de Nueva York para proyectos de ética y periodismo, y ha financiado investigaciones sobre oportunidades económicas en la inteligencia artificial a través de Operation Hope en Atlanta. Además, la empresa ha financiado varias universidades estadounidenses, como Harvard, la Universidad de Washington y la Universidad de Michigan, para explorar los procesos democráticos de elaboración de normas para los sistemas de inteligencia artificial.

Un portavoz de OpenAI declaró que estas iniciativas se ajustan a los estatutos de la empresa y que esta se compromete a colaborar con instituciones de investigación y políticas de todo el mundo para afrontar los retos que plantea la inteligencia artificial.

Este informe financiero no solo muestra la cultura salarial única de OpenAI, sino que también refleja que las empresas tecnológicas, al tiempo que persiguen la innovación tecnológica, están dando cada vez más importancia a la responsabilidad social y la gobernanza ética.