El cambio climático y la inteligencia artificial (IA) están remodelando el mundo a una velocidad sin precedentes. Algunos argumentan que la realidad se parece cada vez más a la ciencia ficción. En este contexto, a menudo se menciona la novela de Kim Stanley Robinson, El Ministerio para el Futuro (The Ministry for the Future).

La novela comienza en 2025 con una ola de calor mortal en la India, sorprendentemente similar a las temperaturas y humedad extremas que experimentó la India a principios de este año. En la novela, esta ola de calor desencadena una movilización espontánea de la sociedad para proteger la vida de los desastres climáticos. En una entrevista con la revista Nature, Robinson afirma que la crisis climática ha generado ansiedad en la generación joven, pero también les ha dado un propósito. Además, considera que el nombre "inteligencia artificial" es inapropiado.

Robinson cree que El Ministerio para el Futuro ha generado tanto interés porque transmite un mensaje reconfortante: si trabajamos juntos, podemos evitar una extinción masiva. La tecnología, la diplomacia, los tratados, los sistemas nacionales, incluso el capitalismo en sí, pueden utilizarse para abordar la crisis. La gente anhela creer que si tomamos las acciones correctas, todo mejorará. El libro anima y da coraje para afrontar el futuro.

Sin embargo, la novela comienza con escenas aterradoras que reflejan las preocupaciones sobre el clima. Pero a medida que avanza la historia, la situación mejora. El lector co-crea la historia con el autor durante la lectura. La lectura es un acto creativo, las palabras crean escenas en la mente del lector como si fueran experiencias reales. Si un pasaje es emocional, se recuerda como una experiencia vivida.

Cuando los eventos de la novela ocurren en la realidad, Robinson siente miedo e inquietud, pero considera que no se trata de una predicción, sino de una extrapolación científica razonable. Los científicos ya han descubierto que el aumento continuo de la temperatura global media provocará calor y humedad extremos, poniendo en peligro la vida humana. Cuando la humedad ambiental es alta, la capacidad del cuerpo para enfriarse a través del sudor disminuye, lo que puede ser mortal. Este concepto surgió alrededor de 2010 y se difundió ampliamente entre científicos y periodistas alrededor de 2017.

Con los jóvenes preocupados por el cambio climático, Robinson suele hablar de la ansiedad climática. Cree que la generación joven heredará el mundo y vivirá en 2075. Considerando las tareas que deben completarse para evitar cruzar un punto de no retorno en 2050, la ansiedad climática es natural.

Sin embargo, esto también significa que sus vidas tienen significado y propósito, escapando del nihilismo del realismo capitalista. Antes, la gente buscaba la riqueza material, pero ahora tenemos una nueva respuesta: ¿Por qué vivimos? ¿Qué debemos hacer?

Robinson también anima a los jóvenes a combinar sus intereses con la acción climática. El arte, las políticas públicas, la psicología, la ciencia, la ingeniería, las humanidades, etc., pueden contribuir a la acción climática. La clave es encontrar su punto de entrada, al mismo tiempo que reconocemos que estamos en una situación de emergencia y debemos actuar inmediatamente.

Para dar mayor realismo a su novela, Robinson realiza una extensa investigación científica. Dedica una o dos horas diarias a leer noticias científicas y profundiza en tesis doctorales, que a menudo representan cinco o diez años de pensamiento de un investigador. También se comunica con científicos que conoce y les pide que revisen el contenido científico de su libro.

Nubes (1) Clima

Nota de la fuente: La imagen fue generada por IA, Midjourney.

En la novela de Robinson, los científicos suelen ser los héroes. Él cree que los científicos generan continuamente nuevos datos, nuevas historias y nuevas interpretaciones, lo que es muy beneficioso para la escritura de ficción. Las discrepancias en la ciencia y las formas de pensar de los científicos también proporcionan material para la historia.

Señala que cuando trazamos el origen de la dirección del desarrollo de la civilización humana, finalmente volvemos a la comunidad científica. Los políticos, para ganar elecciones y mejorar la vida de la gente, buscan el consejo de expertos, que suelen ser científicos con formación técnica. Los científicos que dicen no gustar de la política a menudo no se dan cuenta de que su trabajo en sí mismo es político.

La esposa de Robinson es química y su círculo social está lleno de científicos. Le gusta observar cómo mantienen la racionalidad en un mundo lleno de emociones. Hay humor en la ciencia, y si un novelista puede captarlo, puede añadirle interés a la obra.

Sobre la inteligencia artificial, Robinson considera que el nombre "inteligencia artificial" es una táctica de relaciones públicas que enmascara su verdadera naturaleza. "Artificial" es cierto, pero "inteligencia" es demasiado amplio y fácil de malinterpretar. Por lo tanto, considera que "inteligencia artificial" es un mal nombre. Si se le llama "cálculo ultrarrápido", "análisis de datos asistido" o "prótesis cognitiva", se reduce su misterio y se centra la atención en cómo utilizarlo, en lugar de verlo como una creación del pensamiento o la conciencia humana.

Robinson cree que mucha mala ciencia ficción personifica la IA, dándole agencia y malicia. Cree que las máquinas no adquieren conciencia a través de los grandes modelos lingüísticos, solo es un proceso de optimización. Imitar frases humanas es mucho más fácil de lo que pensamos, porque el comportamiento humano es predecible. El estándar de la prueba de Turing no es alto, solo necesita engañar a los humanos, y los humanos son muy fáciles de engañar.

En su novela Aurora, Robinson escribe desde la perspectiva de la IA. En el libro, la IA, llamada "nave", necesita idear cómo registrar el viaje. Aunque puede que no tenga conciencia, al final de la novela se ha vuelto muy hábil en la expresión y el autoconocimiento, como la conciencia humana, considerando la nave como su cuerpo y a las personas a bordo como su microbiota intestinal.

Robinson concluye enfatizando que los científicos necesitan hablar con una sola voz. Cuando todas las instituciones científicas dicen juntas: "Nosotros, la comunidad científica, aquellos que los mantienen vivos, les proporcionan atención médica y alimentos, creemos que esto debe hacerse", eso tendrá un gran poder.