Google ha defendido con firmeza su postura en un reciente litigio sobre derechos de autor de IA, argumentando que "aprender no es robar". La demanda, una posible demanda colectiva, acusa a Google de violar la privacidad y los derechos de propiedad al utilizar datos recopilados para generar IA.
Google rechaza rotundamente estas acusaciones, afirmando que la demanda representaría un daño significativo a sus servicios y al concepto central de su IA generativa. La compañía sostiene que el uso de información públicamente disponible para entrenar sistemas de IA es legal, y que esta demanda ataca este principio fundamental.
La consejera general de Google, Halimah DeLaine Prado, condenó enérgicamente la demanda, calificándola de "infundada". Señaló además que la ley estadounidense apoya explícitamente el uso de información pública para nuevos propósitos beneficiosos. Este punto de vista subraya la firme convicción de Google sobre la legalidad de sus métodos de recopilación de datos y entrenamiento de IA.
El resultado de este litigio tendrá un profundo impacto en el futuro de la industria de la IA y el uso de datos.