El artículo señala que, a medida que la IA se convierte en un punto álgido de inversión, muchos inversores muestran un entusiasmo superficial por los proyectos de IA, pero en realidad cambian de opinión con frecuencia, tienen una capacidad tecnológica limitada y una débil voluntad de financiación, presentándose un fenómeno de "fingir interés en la IA". Algunos inversores incluso aprovechan las reuniones para obtener secretos comerciales de los emprendedores, dañando la confianza de estos últimos en el sector de la inversión. El autor considera que este comportamiento de fingir interés en la IA puede perjudicar la integridad del sistema de inversión en su conjunto, y que los inversores deben mantener una actitud profesional y comunicarse sinceramente con los emprendedores.