Recientemente, los científicos están acelerando el uso de la inteligencia artificial para comprender el significado detrás de los diversos sonidos y movimientos corporales de los animales. Por ejemplo, se está entrenando a la IA para reconocer las diferentes expresiones faciales de los gatos y determinar su estado emocional, con el fin de mejorar el cuidado de las mascotas; también se utiliza la IA para clasificar los maullidos del ganado y monitorear su estado de salud.
Esta tecnología no solo puede proporcionar información sobre el origen de ciertas características humanas, sino que también se puede utilizar en áreas como la conservación de la vida silvestre. Sin embargo, los investigadores advierten sobre los riesgos potenciales de la interpretación de la comunicación animal por parte de la inteligencia artificial, y destacan la importancia de establecer estándares éticos adecuados durante el desarrollo de esta tecnología.