Microsoft ha realizado un gasto de capital masivo en el campo de la inteligencia artificial, incluyendo la compra de hardware y software, así como inversiones en la startup OpenAI. También han creado supercomputadoras y adquirido una gran cantidad de procesadores gráficos Nvidia para satisfacer las demandas de las aplicaciones de IA. A pesar del enorme gasto de capital, la fuerte demanda del mercado hace que esta inversión agresiva no sea motivo de excesiva preocupación.