Investigaciones recientes han descubierto una discrepancia significativa entre el excelente rendimiento de la inteligencia artificial (IA) en imágenes estáticas y su capacidad para procesar expresiones faciales dinámicas. El problema radica en la superioridad de las redes neuronales convolucionales profundas (CNN) en imágenes estáticas, mientras que su desempeño en el procesamiento de expresiones dinámicas es relativamente deficiente. Se recomienda a los desarrolladores de IA que construyan algoritmos basados en estímulos de la vida real para simular con mayor precisión el procesamiento de expresiones faciales dinámicas por parte del cerebro humano. El diseño actual de la IA no logra abarcar la complejidad del proceso cognitivo del cerebro humano con respecto a la información facial, como la inferencia del estado mental, la amabilidad y la confianza.