Según investigaciones recientes, el contenido online generado por inteligencia artificial y el creado por humanos se percibe con un nivel de credibilidad similar. A diferencia de las plataformas tradicionales, los sistemas basados en IA pueden generar contenido de forma autónoma. A pesar de la posibilidad de errores, en la interfaz de usuario se les considera igualmente creíbles. Mientras los usuarios disfrutan de la comodidad de las aplicaciones de IA, deben ser conscientes de las limitaciones y sesgos inherentes del sistema.

La responsabilidad en la comunicación científica y en el ámbito sociopolítico requiere concienciar a los usuarios sobre el uso responsable del contenido generado por IA.