Ernst & Young (EY), una de las cuatro grandes firmas de auditoría, ha probado recientemente un sistema de inteligencia artificial (IA) diseñado para detectar fraudes en las cuentas de sus clientes de auditoría en el Reino Unido, detectando con éxito dos actividades sospechosas.
Este éxito inicial demuestra el potencial de la IA para mejorar la calidad de las auditorías y reducir la carga de trabajo, pero existe un desacuerdo entre los auditores sobre el grado de dependencia que se debe tener en ella.
Los organismos reguladores emitirán su opinión y destacarán la necesidad de que las empresas cuenten con la experiencia necesaria para garantizar que el sistema cumpla con los estándares correctos.
Si bien existen algunos desafíos, la IA se convertirá en una herramienta más para los auditores.