Recientemente, el Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó que los programas de inteligencia artificial no pueden ser considerados inventores para fines de patentes, rechazando así una equiparación casi igualitaria entre máquinas y humanos. Esta decisión es el resultado de la denegación de la solicitud presentada por Stephen Thaler, fundador de Imagination Engines.
Esta determinación tendrá un impacto significativo en el apoyo del Reino Unido a las industrias que dependen de la IA y podría reducir la divulgación de invenciones de sistemas de IA. El fallo pone de manifiesto las deficiencias de la ley de patentes británica en el apoyo al objetivo del Reino Unido de convertirse en un centro mundial de innovación en IA y datos.
El gobierno británico podría verse obligado a intervenir legislativamente para permitir que las invenciones creadas independientemente por sistemas de IA puedan ser patentadas.