El auge de la inteligencia artificial en la creación de contenido ha generado más de 15.000 millones de imágenes, con una velocidad y precisión asombrosas. Sin embargo, esta tendencia ha planteado dilemas éticos sobre la autoría, cuestionando si las obras generadas por IA deben considerarse creaciones genuinas y si sus creadores deberían recibir el reconocimiento y la remuneración correspondientes. Este es un tema que merece una profunda reflexión.