Un estudio conjunto de la Universidad Nazarbayev y la Universidad de Duke ha descubierto que las personas que creen en Dios son más propensas a confiar en las recomendaciones de la inteligencia artificial que en las de los humanos.
Los investigadores exploraron el papel significativo de Dios en la toma de decisiones y consideraron si la creencia en Dios haría a las personas más o menos propensas a confiar en los sistemas de inteligencia artificial en comparación con los expertos humanos.
Los resultados mostraron que la humildad y el reconocimiento de las fallas humanas contribuyen a una mayor aceptación de las recomendaciones de la inteligencia artificial.
Si bien el estudio indica que las personas que piensan en Dios son más receptivas a las sugerencias de la IA, también señala un sesgo negativo generalizado hacia los algoritmos.