Recientemente, el investigador de seguridad Johann Rehberger descubrió una vulnerabilidad en ChatGPT que permite a los hackers implantar información falsa e instrucciones maliciosas en la memoria a largo plazo del usuario. Aunque reportó el problema a OpenAI, la compañía no le dio la importancia debida, cerrando rápidamente la investigación y alegando que no se trataba de un problema de seguridad. Ante esta situación, Rehberger decidió no darse por vencido y desarrolló una prueba de concepto de ataque que explota esta vulnerabilidad.

Una investigación del MIT revela que la IA, especialmente los chatbots, pueden estar implantando "falsos recuerdos" en el cerebro humano. A través de experimentos, se descubrió que la IA induce a los voluntarios a generar recuerdos erróneos mediante preguntas, y estos recuerdos son persistentes. El estudio encontró que los individuos interesados en la tecnología de IA pero no familiarizados con ella son más susceptibles a la influencia de la IA. Este descubrimiento presenta desafíos para la aplicación de la IA en áreas como el derecho, la medicina y la educación, requiriendo asegurar que la IA no se convierta en una herramienta para implantar falsos recuerdos, sino en una herramienta para proteger y mejorar la memoria. La protección de la memoria no solo afecta al conocimiento personal, sino también...