Una investigación del Instituto Max Planck en Alemania ha revelado un prejuicio en la valoración del arte generado por IA, considerándolo de menor valor. Sin embargo, cuando el arte de IA se genera de forma personalizada, adaptándose a las preferencias individuales del espectador, este último muestra un mayor interés y conexión emocional. El estudio también encontró que la transferencia de estilo personalizada aumenta la auto-relación del espectador con el arte de IA, mejorando aún más la experiencia estética.