En los últimos años, las obras de arte con inteligencia artificial (IA) al estilo del Studio Ghibli se han difundido rápidamente en las redes sociales. Muchos usuarios utilizan herramientas de IA para generar imágenes nuevas o recrear fotografías existentes, mostrando el estilo único de este estudio de animación japonés. Sin embargo, esta tendencia nos lleva a reflexionar sobre la línea que separa la apreciación de la apropiación indebida.

Desde que OpenAI lanzó una nueva función para ChatGPT el 31 de marzo que permite a los usuarios generar imágenes más detalladas, la popularidad del arte con IA ha aumentado. Instituciones como el Centro de Fitness Sun Devil de la ASU (Arizona State University) también participaron, pero rápidamente fueron criticadas por los estudiantes, quienes argumentaron que esta práctica menosprecia el valor creativo de los artistas.

Anime,  Dibujo de IA de estilo anime (3)

Nota de la fuente: Imagen generada por IA, servicio de licencias de imágenes Midjourney

El Studio Ghibli, fundado en 1985 por directores como Hayao Miyazaki e Isao Takahata, y el productor Toshio Suzuki, se caracteriza por su estilo de animación 2D único en la industria y ampliamente aclamado. Wendy Williams, profesora adjunta de educación en inglés en la Universidad Estatal de Arizona, señala que las películas de Ghibli son muy queridas por el público, por lo que los fans desean ver a sí mismos y a su mundo reflejados en ese estilo. Sin embargo, también indica que la última película de Ghibli, "Kikis Delivery Service: The Whispering Witch", se diferencia por utilizar animación 3D, careciendo del encanto de la animación 2D tradicional de Ghibli.

Williams considera que, si bien los avances tecnológicos pueden simplificar el proceso de creación de animación, también conllevan algunos riesgos. Las obras de arte generadas por IA, aunque parecen imitar la creación humana, carecen del alma del artista. Ella enfatiza que el verdadero arte surge de la inspiración y las emociones del proceso creativo, no solo del producto final.

La estudiante de primer año, Hailey Kane, afirma comprender las emociones detrás de esta tendencia, pero considera que perjudica a los artistas reales y disminuye el valor del arte. Señala que la IA aún no es capaz de crear animaciones fluidas o videos realistas, y que cualquiera puede percibir la falta en el contenido generado por IA: esa ausencia de personalidad y toque humano.

Otra estudiante de primer año, Maya Coronado-Henson, hace un llamado para detener esta tendencia, argumentando que la intervención de la IA destruye el esfuerzo y la pasión detrás de la creación. Cree firmemente que el verdadero arte está impregnado de tiempo y afecto, algo que el contenido generado por IA no puede igualar.

Williams concluye que la animación no es solo una representación visual, sino un viaje lleno de un proceso creativo, donde cada paso merece atención y reconocimiento.