En el debate sobre la regulación de la IA, Andrew Ng aboga por una regulación abierta, evitando la intervención gubernamental, mientras que Yann LeCun y otros expresan preocupación por los monopolios y enfatizan los efectos negativos de la regulación. La controversia gira en torno a la amenaza de la IA para el futuro de la humanidad y la necesidad de una regulación obligatoria.
El gobierno de los Estados Unidos ha emitido una orden ejecutiva sobre la tecnología de IA, pero no ofrece protección específica a los trabajadores desempleados. Esto pone de manifiesto la complejidad de la regulación de la IA y la necesidad de equilibrar el avance tecnológico con la protección social.