Sam Altman, CEO de OpenAI, ha planteado recientemente una idea desafiante: usar un lenguaje cortés, como "por favor" y "gracias", con chatbots como ChatGPT es en realidad un desperdicio, consumiendo una gran cantidad de energía y recursos informáticos.
Altman señala que, aunque muchos consideran que la cortesía con la inteligencia artificial es una necesidad cultural o ayuda a mejorar la calidad de la interacción, esta práctica aumenta la carga de los sistemas de IA. Cada vez que se usa un lenguaje cortés, el chatbot no solo tiene que reconocer y procesar estas palabras, sino que también necesita generar respuestas largas y complejas, todo lo cual requiere una gran cantidad de recursos informáticos y energía. A medida que la IA se generaliza, este problema podría agravarse e incluso afectar al medio ambiente.
Lenguaje cortés y desperdicio de energía
Altman cree que no tiene sentido expresar cortesía a una máquina sin conciencia ni emociones. Aunque "por favor" y "gracias" parecen simples, el sistema necesita procesarlos y responder, lo que consume energía y tiempo de cálculo adicionales en los centros de datos avanzados. De hecho, un estudio de la Universidad de California en colaboración con el Washington Post calculó que enviar un correo electrónico de 100 palabras consume aproximadamente 0,14 kilovatios-hora, equivalente a encender 14 luces LED durante una hora. Si se extrapola a un año, la energía consumida equivaldría a la electricidad necesaria para alimentar nueve hogares de Washington durante una hora.
A nivel mundial, se envían cientos de miles de instrucciones similares a chatbots cada día, lo que significa que el uso de un lenguaje cortés intensifica el consumo de recursos informáticos y energía. Altman menciona que estas formalidades innecesarias no solo son un "extra" cultural, sino que también representan una carga para el medio ambiente.
La respuesta de ChatGPT: un análisis frío desde la perspectiva tecnológica
Cuando se le preguntó sobre este tema, ChatGPT respondió desde una perspectiva puramente tecnológica. Indicó que no tiene emociones ni conciencia, por lo que no experimenta ninguna reacción emocional independientemente de si el usuario dice "por favor" o "gracias". En otras palabras, para ChatGPT, "por favor, enciende la radio" y "enciende la radio" son lo mismo.
Sin embargo, ChatGPT también menciona un interesante aspecto humano: aunque no necesita cortesía, muchos usuarios consideran que la cortesía forma parte de los hábitos humanos al interactuar con la tecnología, especialmente a medida que la IA se integra en áreas importantes como la educación, la salud y las relaciones interpersonales. Cree que este comportamiento humanizado ayuda a recordar a los usuarios que todavía están interactuando con una especie de "entidad", aunque esta entidad no tenga conciencia.
Replantear la interacción con la inteligencia artificial
Las declaraciones de Altman han provocado una reflexión sobre la forma de interactuar con la IA. Parece estar instando a repensar la forma en que interactuamos con las herramientas tecnológicas, sugiriendo que deberíamos considerar la IA como un motor de cálculo eficiente, no solo como un compañero de conversación. Al reducir el uso de fórmulas de cortesía innecesarias, no solo podemos mejorar la eficiencia de la interacción, sino que también podemos contribuir al medio ambiente, reduciendo el desperdicio de energía innecesario.
Las palabras de Altman también podrían estar impulsando una cultura de uso de la IA más rentable y responsable con el medio ambiente. A medida que la tecnología de IA avanza, su velocidad de adopción también aumenta, por lo que la forma de equilibrar la interacción humana con el impacto ambiental se convertirá en un tema importante en el futuro desarrollo de la IA.