Recientemente, una información de Bloomberg ha generado un acalorado debate entre los creadores de contenido: OpenAI y Google, entre otros gigantes tecnológicos, están comprando a precios elevados videos inéditos de YouTubers para entrenar sus modelos de IA. Esto no solo ha abierto nuevas oportunidades de negocio para los YouTubers, sino que también ha dado un nuevo valor a los videos "desechados".

Según el informe, estas empresas buscan comprar videos que "nunca se han publicado", especialmente aquellos destinados a plataformas como YouTube, Instagram y TikTok. El precio oscila entre 1 y 2 dólares por minuto, pudiendo ser superior si la calidad del video es mayor, como en el caso de resoluciones 4K o material grabado con drones. En general, estas transacciones permiten a los YouTubers obtener beneficios de sus videos inéditos y, en cierta medida, compensar las posibles pérdidas económicas en la creación de videos.

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Paul Kedrosky, asistente de investigación del MIT, comentó al respecto que el valor de un video es mayor "después de su muerte" que "en vida", lo que refleja la creciente importancia que se le da a la gestión y los derechos de uso del contenido por parte de los creadores. Asimismo, un ex editor de TechCrunch predice que en el futuro las productoras de televisión y cine también comenzarán a vender paquetes completos de videos a empresas de IA, incluyendo guiones y múltiples tomas, para mejorar el entrenamiento de sus modelos de IA.

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Actualmente, varias empresas intermediarias participan en esta cadena de valor, facilitando las negociaciones entre los YouTubers y las empresas de IA. Algunas compañías, como Troveo AI, ya han pagado más de 5 millones de dólares a creadores de contenido para recopilar material de video y venderlo en paquetes. Aunque esta tendencia parece ofrecer una nueva fuente de ingresos para los creadores de contenido, los expertos advierten que esta oportunidad de negocio puede ser efímera, por lo que los creadores deben aprovecharla al máximo.

Además, para proteger los derechos de los creadores, las transacciones suelen incluir cláusulas de prevención de copias, garantizando que las empresas de IA no puedan imitar el estilo del YouTuber o utilizar el material de video de forma que dañe su reputación. Si bien Google y OpenAI aún no se han pronunciado oficialmente al respecto, los creadores de contenido muestran un optimismo generalizado hacia este nuevo modelo.

Con el avance de la tecnología de IA, los creadores de contenido están ganando cada vez más poder de decisión en su interacción con las empresas tecnológicas. En este contexto, el futuro de los YouTubers parece lleno de posibilidades ilimitadas.